21 de Noviembre del 2013

Ahora si que ha pasado tiempo desde la última vez que estuve aquí. Me pregunto cuantas personas habrán extrañado los relatos de mi diario.

Desde la última vez que escribí, me puse a buscar un empleo para hacer algo de dinero y cumplir ciertos propósitos futuros en favor de ARIA. En aquella cacería laboral, me vi envuelto en varias ofertas de trabajo que tomaba y dejaba por otras más interesantes. En un par de semanas conseguí un excelente empleo en el cual he destacado más por mi persona que por mis capacidades operativas, lo cual me ha llevado a la conclusión definitiva de que trabajar no es mi fuerte.

Entre las entrevistas y los pasajes que recorrí con aquella carpeta llena de papeles, resalto la experiencia como vendedor en una tienda de artículos electrónicos en Viña del Mar. En realidad, fue una experiencia bastante aburrida, que no me dejó mucho como persona, pero que me sirvió para recordar que mis cualidades musicales se desperdiciaban en cada minuto que ordenaba audífonos en las vitrinas o atendía a algún comprador. El sueldo era bajo, así que seguí mi búsqueda por algo más contundente.

Cuando estaba en aquella tienda de electrónica, recordaba esa sensación que había tenido años atrás trabajando en un restaurant de comida Mexicana y luego en otro de comida China. Una sensación bastante sofocante que me hiere al momento de imaginarme en algún escenario cantando, o escribiendo en algún lugar olvidado, o pintando y dibujando en aquel cuarto que alguna vez pude usar como sala de arte.

Sigo buscando mi destino, esta vez decidido a un cambio radical y con la esperanza de no volver a trabajar en beneficio de nadie más que de mi persona y mis propósitos.

Próximamente les contaré lo que ocurrió estos últimos cuatro meses.

† Aira †